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Guayo Rivera: El amo de la originalidad en radio

  • Foto del escritor: CV  Noticias
    CV Noticias
  • 19 nov
  • 2 Min. de lectura

Braulio Rivera Meraz captaría la atención de los radioescuchas de Ciudad Valles y la Huasteca Potosina gracias a una originalidad y amenidad que se sobrepuso a sus escasos estudios académicos; desde sus inicios en 1961, en la XETR, plasmó su ingenio y su filosofía.


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Forjó una característica especial en el micrófono, aprendida más en la “escuela de su propia vida” que en alguna Facultad de Comunicación: “Hay que ser original siempre, porque si no eres original (…) pues sí (…) te oyes, tienes buena voz (…) pero nunca vas a trascender”, comentaría en una entrevista en 1995.


En la primera difusora de Valles, “El guayo” –como era conocido- realizó programas y rescató la música norteña que en la ciudad estaba un poco en el olvido. Aprovechando la aceptación de sus ocurrencias por parte del público, dio vida a personajes imaginarios así como a la promoción de grupos.


Creó "Tardes Norteñas" y "Los mejores tríos de México" (con Los Panchos, Los Tecolines, Los Diamantes, Los Jaibos, y Los Martínez Gil, de moda en los sesentas), entre otros. Entonces en cabina no había cartucheras para comerciales, sino grabaciones en carrete, poniendo a prueba la habilidad para intercambiarlas.


"El Guayo" permaneció en la XETR hasta 1969, teniendo como compañeros a recordados locutores como Carlos "El Bolillo" Moctezuma, Arturo Piña y Pedro Sámano, cuando el gerente era el señor Roberto Aguilar y había dos secretarias: Socorro Altamirano y Liliana Paredes.


El segundo ciclo fue en la XECV, donde trabajó cinco años, para pasar a la XEXR, amenizando programas norteños, dando la hora a cada rato, acompañada de ingenio y efectos como gallos, gallinas, perros, caballos, el tren, el barco, y hasta un abuelo; sin olvidar el legendario “Micrófono libre”.


“Yo trabajaba en la CV y tenía un horario en la XR, ahí ya empezaron otras frases, otros detalles, otras cositas, empecé a meter otro programa norteño en la CV: ‘Amanecer ranchero’ se llamaba, yo lo inicié, con música ranchera también”, contaría en la conversación con el periodista Julián Díaz a mitad de los noventas.


Mientras su alma se nutría de amigos y admiradores a su paso por la CV y la XR, paradójicamente su cuerpo se carcomía a causa del alcohol y del tabaco; y en 1993, cimentada su fama gracias a programas como “La hora de la vía” y “Micrófono libre”, se retiró del aire.


Autor de poemas, reflexiones (como la de "El borrachito" y "El fumador") y hasta de melodías tropicales, compendió su creatividad en varios audio casetes que ofrecía en céntricas avenidas de la ciudad y con cuyas ganancias sobrevivía. Al mismo tiempo aprovechaba para saludar a la gran cantidad de amistades que cultivó.


En 1998, no salió más a las calles, y el martes 13 de enero murió mientras era atendido en el IMSS de un enfisema pulmonar, dejando la resonancia imaginaria en las ondas hertzianas de aquella frase que hizo famosa: “cuando yo tenía dinero me decían señor Meraz, ahora que no tengo nada, me dicen Guayo nomás...”

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