Doña Francisca Medina Rodríguez celebrará un siglo de vida en Ciudad Valles
- CV Noticias
- 28 ago
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El próximo 4 de octubre, la Colonia Tampico de Ciudad Valles será escenario de una celebración especial: el centenario de vida de doña Francisca Medina Rodríguez, una mujer cuya historia está marcada por la resiliencia, el trabajo y el amor a su familia.
Nacida en 1925, doña Francisca ha sido testigo de un siglo de transformaciones. Su niñez estuvo marcada por la adversidad, pues perdió a su padre a los ocho años, tras un accidente mientras cabalgaba. Desde entonces, asumió responsabilidades en el hogar para apoyar a su madre, mostrando desde pequeña un carácter fuerte y solidario.
Aunque no tuvo acceso a la educación formal, la vida le dio otros aprendizajes: la cocina se convirtió en su mayor talento y en un punto de encuentro para la comunidad. Su famoso guisado de palmito alcanzó gran reconocimiento, incluso entre personajes de la talla de Gonzalo N. Santos, quien visitaba su casa para degustar el platillo.
A los 14 años contrajo matrimonio con Eduardo Hernández Cruz, originario de San Antonio Huichimal. De esa unión nacieron diez hijos, a quienes educaron en el esfuerzo y los valores comunitarios. La familia creció con los años hasta conformar una descendencia de 31 nietos, 60 bisnietos y numerosos tataranietos.
En su memoria aún viven episodios de gran impacto, como los ciclones de 1933 y 1955. Del primero recuerda las largas jornadas sin alimento y el aislamiento provocado por la crecida del río; del segundo, el rescate aéreo de la Marina y soldados estadounidenses.
Su vida también estuvo acompañada de gustos sencillos pero intensos: admite con picardía que disfrutaba fumar y tomar cerveza mientras atendía su casa o su pequeña tienda, donde despachaba desde alimentos hasta petróleo. “Diariamente me fumaba dos cajetillas y con mi cervecita... nunca me hicieron daño”, dice entre sonrisas.
Hoy, aunque postrada en una silla de ruedas y sin la vista, conserva intacta su memoria y, sobre todo, su alegría contagiosa. Sus consejos para las nuevas generaciones son claros: “disfrutar la vida, comer lo que la naturaleza da y mantener siempre el espíritu alegre”.
El centenario de doña Francisca es más que una celebración familiar; es un homenaje a la historia de una mujer que representa la fuerza, la dedicación y la esperanza de toda una comunidad.
Fuente: Prof. Crescencio Martínez Candelario, Cronista Municipal
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