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Baja producción de naranja en la Huasteca Potosina por sequía y plaga incurable

  • Foto del escritor: CV  Noticias
    CV Noticias
  • 7 nov
  • 2 Min. de lectura


La producción de naranja en la Huasteca Potosina enfrenta una de sus peores crisis de los últimos años debido al deterioro de las huertas provocado por la sequía prolongada y por la propagación de una bacteria incurable que afecta a los árboles cítricos, advirtió Ricardo Ortiz Azuara, integrante del Sistema Producto Naranja en el estado.


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El especialista explicó que la enfermedad conocida como huanglongbing (HLB), transmitida por un insecto llamado diaphorina citri, ha afectado severamente los cultivos en la región y amenaza con extenderse a todas las huertas de cítricos.


“Los árboles afectados van disminuyendo su producción entre un 10 y 15 por ciento cada año. Este 2025 esperamos una cosecha baja; la mandarina ya está saliendo poca y la producción de naranja Valencia podría caer entre un 25 y 30 por ciento en la Huasteca”, señaló Ortiz Azuara.


Además, recordó que la situación se agravó tras varios años de sequía extrema, lo que provocó el abandono de muchas huertas y debilitó los árboles.


El bajo rendimiento ha generado un aumento histórico en los precios: “Yo nunca había visto precios de 7 a 10 mil pesos por tonelada; cuando estábamos en 3 mil, los productores eran felices. El problema es que ahora venden menos. Un productor que antes sacaba 20 toneladas hoy apenas logra 4 o 5”, lamentó.


A nivel mundial, el huanglongbing ha afectado también a regiones productoras como Florida, en Estados Unidos, y otros países, lo que ha disparado el precio del jugo de naranja.


Sobre las posibles soluciones, Ortiz Azuara fue enfático:


“No hay cura para la enfermedad. Se están haciendo investigaciones para encontrar plantas tolerantes, pero la bacteria se mete al sistema vascular del árbol, bloquea su flujo y lo va secando lentamente”.


En los primeros años de detección del HLB, se recomendaba derribar los árboles infectados para evitar el contagio, pero hoy la práctica ya no es viable económicamente. “Cuando tienes muchos árboles enfermos, no es costeable tumbar toda la huerta. Si les das cuidados, pueden seguir produciendo algo, y con los precios actuales, ningún productor se atreve a eliminarlos”, explicó.


El panorama, advirtió, es complejo: la enfermedad eventualmente llegará a todas las huertas de la región. Las nuevas plantaciones son especialmente vulnerables, ya que los brotes tiernos son el principal objetivo del insecto transmisor.


“Es un problema que no puede atacarse de manera individual; se necesita un esfuerzo conjunto entre productores y autoridades. La diaforina brinca muy fácil de una huerta a otra”, concluyó Ortiz Azuara.



La crisis citrícola amenaza con reducir significativamente la producción en la Huasteca Potosina, una de las principales zonas productoras del país, afectando tanto a los agricultores como a la economía regional.

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